El diario de Oier
Inicio > Historias > La odisea del Sábado
La odisea del Sábado
Pues aquí estoy otra vez, después de un duro fin de semana. y digo duro, porque el Sábado terminé hecho polvo. Os cuento.
No hacía muy buen día, pero no llovía. Mientras dábamos (mis padres y yo), nuestro paseo habitual, alguno de mis progenitores decidió acercarse a unos grandes almacenes (después de vistos, ya sé por qué los llaman grandes), y allá nos fuimos. Entramos, y después de atropellar a unas 10 personas con el cochecito,, y otros tantos disculpen, conseguimos llegar a los ascensores y... ¡¡Caravana!! Mi primer atasco :-( Tras 3 ascensores, nos colamos en uno, no sin antes sufrir a una señora que no conocía de nada, y a lo mejor mis padres tampoco, diciendo las tonterías típicas de: - ¡Qué mono! (Yo pensaba que mono era un animal, pero debe de aplicarse también a los niños) - ¡Qué mofletes tiene! (Debo tenerlos, porque todo el mundo me lo dice) - ¡Qué bien va ahí en su cochecito! (Y usted qué sabe. A mí me gustaría poder andar y meterme entre las estanterías, y poder coger cosas, y no tener que ver los techos de todos los sitios a los que voy) Y para terminar, se despiden diciendo eso de -ya le voy a decir a (coloque aquí mi familiar o amigo de mis padres, abuelos o tíos en cuestión) lo guapo que le he visto. ( Como si no lo supieran, ¡Si me ven más que usted!) En fín, pacienmcia infinita la que tenemos que tener los bebés. El caso es que por fín nos montamos en el ascensor, y vamos al piso de los juguetes (Ya me he quedado con el número, para futuras ocasiones ;-). Salimos del ascensor, recorremos dos metros y... ¡¡Otra señora!! Las coloca el ayuntamiento estrategicamente, ¿O qué?. Porque a mí me pareció demasiada casualidad. Bueno. Ahora os leeis los puntos anteriores y añadís los minutos pertinentes a nuestro periplo. Reanudamos la marcha. Hordas de gente caminan en dirección contraria a la nuestra. Si fuesen a favor, podríamos avanzar algo, pero así tardamos el doble. Parada. Estamos junto a una estantería con muñequitos. Mis padres comentan algo que no consigo entender por el estruendo de las hordas exaltadas. Mi madre se pierde por un lateral. Mi padre aparca. Veo infinitas cabezas pasar junto al coche. Me mareo, y me hago el dormido. Tras un tiempo indefinido de caos, mi madre regresa. Dice algo a mi padre, y volvemos a los ascensores. La marea humana que antes se dirigía a los ascensores se ha dado la vuelta (los muy cerdos). Con seguimos llegar y... ¡¡Atasco!! Y van dos en un día. 5 ascensores más tarde, y tras escuchar insultos (que mis tiernos oídos no deberían haber registrado jamás) contra la gente (Jetas ellos que pueden ir por las escaleras) que no nos deja subir, un ascensor escupe a un congénere en cochecito, y ahí nos colamos. Una hora más tarde, vuelvo a la calle, donde curiosamente, se ha hecho de noche. Me lo he pasado muy bien. A ver si mis padres me vuelven a llevar, y no me encuentro con más señoras. y no es que me caigan mal, pero es que son tan predecibles... Pues bueno. Feliz Lunes. Yo voy a dar una vuelta, aprovechando que hace sol. A que doy envidia ¿Eh? Hasta pronto. Oier ¶ 2002-11-18, 09:55 | 2 comentarios |
Referencias (TrackBacks)
URL de trackback de esta historia http://oier.blogalia.com//trackbacks/3415
Comentarios
1 |
|
||
No dejes que las señoras te tiren de los mofletes que luego se te queda la cara de pepón ;-)
|
2 |
|
||
¿Pero no escribe el solito? Yo creía que si, quizás algún sistema de trascripción fonética adaptado a balbuceos :-D
|