Resulta que este año, el príncipe Charles (Que no Carlos, igual que el nuestro no es Joan Carles), ha incluído en sus cuentas a Camilla Parker, para la cual mantiene con sus ingresos del Ducado de Cornualles (que curiosamente no está en Francia, sino en Inglaterra, más concretamente en Dorchester), a "dos damas encargadas de los centenares de cartas que recibe" y "alguien que maneja el automóvil o le ayuda con las labores de jardinería".

Pero aquí no acaba todo. Porque lo del Condado de Cornualles, tiene tela. Lo explican muy bien en este artículo. Resulta que este ducado se creó en 1337 "para proporcionar un modo de vida al príncipe heredero". Algo es algo, si tenemos en cuenta que nuestro heredero sigue, hoy por hoy, viviendo del cuento. El caso es que el Prince se ha "fabricado" un pueblo: Poundbury, conocido en aquellos lares como "Charlesville". Ha construido casas (los terrenos son suyos) de estilo tradicional, que según el arquitecto encargado de levantarlas, "gran fan de la urbanización Las Lomas, de Marbella: «Lo que hemos querido hacer aquí es demostrar que se puede mantener la estética de Fuenterrabía y no los destrozos modernos que se han realizado en la costa española»". Ahí queda eso.

Las casitas se venden casi al doble que el precio normal en UK, o sea unos 350.000€ (que ya nos gustaría aquí pagar eso por una casita unifamiliar de tres pisos con jardín), y parece que se venden bien. Además de imponer su estilo, el príncipe también ha impuesto sus ideas en otros aspectos, como "medicina alternativa, ecología y espiritualismo". Ideario que, en un alarde de inglesismo, fue definido por sus compatriotas como "excéntrico".

Y es que cuando no salta a favor de las medicinas alternativas ante la Asociación Médica Británica, compara los rascacielos con "muñones de cristal"y pone a parir la ampliación de la National Gallery ante el Instituto de Arquitectos Británicos. Claro, que luego necesita campañas para convencer a sus compatriotas de que será un rey digno. Y luego nos quejamos.

Oier ¶