¡Ay! ¡Qué bien se está sin pegar ni golpe! Y que conste que no es por dar envidia ;-)

Yo estoy en el pueblo, por si algún despistado, todavía no se había enterado. Y, aunque suene a raro, llueve. Unas tormentas de asustar. Con muchos truenos, rayos, y una cantidad de agua, que como te pille en la calle, te moja. Pero te moja entero, hasta la ropa interior. Ahora, que si os dicen que este año la cosecha de Rioja no va a ser buena, no os lo creais, que me han dicho que esto al campo le viene de miedo, así que a ver si bajan los precios del vino, que para subirlos siempre andan rápidos.

Yo, optimista de mí, me he apuntado al cursillo para aprender a nadar, pero como no deje de llover, me parece que no voy. Vale, me callo, que sólo llevo un día y ya me estoy quejando.

Aunque para quejas los del Vaticano. Ahora van y saltan que el lugar de la mujer es la casa, y cuidar de la familia. Claro, y el pastón que te ahorras en asistentas y niñeras. Pero que además trabaje fuera, no vaya a ser que mermen los ingresos, que luego los cepillos dominicales se resienten. Yo me quedo con la noticia de que Los colectivos de mujeres recogen firmas para acabar con la financiación estatal de la Iglesia. Aún no me he enterado de dónde se puede firmar, pero pueden contar con la mía. Que se discrimine a las mujeres dentro del ámbito eclesiástico, es una cosa, ya que las que entran lo hacen libremente, pero en la vida real, existe un derecho fundamental que se llama igualdad. Así que señores jueces, a los que hacen apología en contra de los derechos recogidos en la constitución, aplíquenles la ley.

Saludos vacacionales.

Oier ¶