Señoras y caballeros, debido a la mundialmente famosa (en todo el barrio, se entiende) chulería de los de Bilbao, mi hermanita, como no podía ser de otra manera, ya tiene fecha para su aparición estelar en este mundo: 29/09/2004.

Así que, a partir de ese día, cambiaré mi estado civil de hijo único (y algo díscolo), por el de responsable hermano mayor y miebro de una familia casi numerosa. A lo cual habrá que añadir mi recién adquirida condición de estudiante a tiempo completo.

Y es que finalmente, y debido a un aula nueva que están haciendo para meternos a todos los niños, empiezo las clases el día 15, pero, para cabreo de mis progenitores (además del que ya tenían por empezar una semana más tarde sin avisar), esa semana, tengo, sientense, tres cuartos de hora al día de clases, con mis aitas en la clase. Y, que esto aún no ha terminado, la siguiente semana, ya sin padres, aumentamos el tiempo dedicado a la enseñanza en.... ¡15 minutos! (Aplause). Completando un total de 1 hora, esta vez ya sin padres. Y claro, como no podía ser de otra forma, el siguiente Lunes... a jornada completa, con comedor y todo. ¿Eso es adaptación o retrasar la hora de la verdad? Y digo yo, ¿No es mejor dividir a los niños, entre los que ya han ido a guardería y los que no? Porque servidor lleva adaptado desde los cuatro meses. Claro que yo también tengo blog, y seguro que mi andereño ni sabe lo que es eso, ni creo que piense en reciclarse. En fin, a ver lo que me cuentan cuando les pase una hoja llena de páginas web como trabajo de ciencias ;-)

Bueno, ya podeis ir a comprar confetti y serpentinas para dar la bienvenida a Begotxu, y un poco más para mi cumple, que está a la vuelta de la esquina.

Oier ¶