El diario de Oier
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El coche nuevo
Por fin, el Viernes por la tarde nos dieron el coche nuevo. Un Toledo nuevo de diseño rompedor (se le nota la vena artística a mi aitatxu). La verdad es que apariencias aparte, el coche es espacioso, y tiene una cantidad de botoncitos y lucecitas, que le hacen parecer una nave espacial. Al menos para mí, acostumbrado a utilitarios más modestos.
Para estrenarlo, mi Aita nos llevó al acuario del puerto deportivo, y debo reconocer que me lo pasé bomba. En la parte tropical estaban todos los personajes de Nemo: Gill, Peach, Dori... Y por supuesto, Nemo y Papa (no papá) en su casita-anémona. Hasta había caballitos de mar. Una pena que no estuviese Bruce, el tiburón azul. Pero bueno, no me voy a quejar. Después de eso, ya aposentados en una terracita, disfrutando de los veintitantos grados que hacía, mi aita estuvo hablando con el señor Pawley, que estaba de visita en la capital, viendo la exposición de arte azteca del Guggy, y luego se iba a ir a ver a un tal Wilco, que tocaba en Vitoria. Una pena no poder quedar, pero como Mr Pawley viaja mucho, seguro que nos vemos pronto, y me enseña esos videos de Iria, la niña panderetera ;-). Y para rematar el fin de semana, ¡VACACIONES! Así que hoy me despido desde el relajo y descanso que da el despertarse tarde. Lo siento por el grueso de trabajadores de a pie (como mis aitas), que todavía tienen que currar un poco más. Oier ¶ 2005-03-21, 01:00 | 0 comentarios |
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