El diario de Oier
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Odio el frío
Lo odio desde que he cogido uno (aún no sé como). Me dolía la tripita, y aunque tenía mucho sueño no me podía dormir. Pero como casi todo, tiene un lado bueno: He aprendido a llorar ;-)
Es Guay. yo antes gritaba o gruñía, pero a veces resultaba no ser lo bastante alto para que me viniesen a hacer caso (No sabeis lo que se aburre uno en la cuna). Pero llorando es otra cosa: - Atención casi inmediata - Alimentación extra - revisiones gratuitas (pañales, fiebre, gases...) Estoy como un rey. ¿Que me aburro? pego un par de gritos. ¿Que no viene nadie? Lloro. ¿Que tengo mucho hambre y no quiero esperar? Lloro y me dan de inmediato. Mola, ¿Que no? Ayer estuve de visitador. Sí, visitador, no visitado. Fuí a ver a mi tío, luego a los compañeros de mi aita. Que montamos una en la calle... Estaba yo primero, en mi cochecito, y empezó a bajar gente para verme (Sex-appeal le llaman). Y en esto llegaron unos gemelos mayores (Lo menos me triplicaban la edad), en su silla doble, con lo que ocupa, y se armó más revuelo aún (debían ser familia de alguna de mis visitas). Y como eramos pocos, llegó una amiga del pueblo, que me lleva un mes, con su madre, y a poco más que tiene que venir la policía a disolvernos. Menos mal que la calle era ancha. Por la tarde vinieron mis aitites, y creo que con ellos ya batí mi record de gente visitada en un día. ¡Qué follón! Así que ahora que me he recuperado del frío, vuelvo a tener apetito. Me voy a picar algo. ¡Hasta luego! Oier ¶ 2002-11-20, 08:57 | 0 comentarios |
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