Imagino, que a las ciudades, igual que a los niños, también hay que limpiarlos de vez en cuando, y que la lluvia es su ducha, pero ¿no podría el ayuntamiento, o quién se encargue, ducharlas sólo por la noche? ¿Y lo de usar agua caliente, es que sale muy caro?

Porque yo no acabo de ver la ventaja de lavar tanto a la ciudad con agua helada, a todas horas del del día, y de la noche, que ya lo oigo desde mi cuna. Mi aita dice que así se le lava el coche. Hombre, falta ya le hacía, pero eso en una noche se arregla, no hace falta estar regando una semana seguida.

Y con los edificios igual. Así los inquilinos se ahorran un dinero en la limpieza de fachadas. Pero yo opino que regando unas horas cada noche, al día siguiente están como nuevos. Y no me arruinan el paseo matutino, señor alcalde. A ver si se da por aludido, que somos muchos los niños (con sus correspondientes madres), los afectados. que como hagamos concentraciones en el centro de la ciudad, con carrito incluído, se la colapsamos.

Si es que ya no hay solidaridad. Si está visto, que cada uno va a lo suyo, si no, ¿Cómo se explica la ducha continuada de la ciudad durante días? Porque al ayuntamiento les sale más barato pagar a un señor para que abra el grifo un día, y lo cierre a las dos semanas (total dos veces), que pagarle para que lo abra y lo cierre todas las noches (con el plus de nocturnidad).

Claro que podrían ser más rácanos, y no contratar a ningún señor, como pasa por el sur, que no se duchan nunca (las ciudades me refiero), por falta de personal. Y claro, cuando ven que ya hace falta, el grifo se ha oxidado, y cuesta un montón volverlo a abrir.

Pero eso aquí, en Bilbao, no pasa. Si será por agua, que la tenemos hasta con denominación de origen, la mundialmente conocida agua de Bilbao, la única agua fría que calienta, como reza su publicidad. Pero no riegan con esa, que la dejan sólo para fiestas, no. Riegan con la otra, que no calienta nada, Y además ¡moja!. Un fiasco, vaya. Pero, hasta que no sean las elecciones, me da a mí que esto no va a cambiar.

¡Hasta luego!

Oier ¶