Pues iba a hablar de los reyes, la cabalgata, y todo eso, pero es que ayer por la tarde, se me cayó mi primer diente, y claro, los reyes vienen todos los años, pero esto es una vez en la vida.

Como cuando me salieron los primeros... ¡No hace ni tres años!

Pero, como es de recibo, esta noche, el Ratoncito Pérez, ha venido. Un poco raro, eso sí. Me ha dejado una moneda de dos euros, dos chupa-chups, y una nota. Va el jeta y dice que como se me cayó el diente por la noche casi, que no le he dado tiempo de nada. Pero que me deja el regalo hoy.

Como sé que me lo vais a preguntar, no, no es demasiado pronto. Es normal que los dientes se caigan desde los 4 a los 7 años. Que ya me llevaron al dentista cuando se me empezaron a mover, después de verano.

¡Ah! Y los reyes muy bien también. Un puzzle, un juego de Pooh, un Buzz Lightyear, y unos coches de Cars que no tenía.

La cabalgata la vimos desde el trabajo de aita. Este año vinieron los primos por primera vez. Tuvieron suerte, porque el año pasado fue un tanto cutre, pero bueno. Cuando pasó Baltasar, el último, nos despedimos con un "hasta el año que viene", menos Jone, que dijo: "Hasta esta noche, por favor".

Espero que con esto de los dientes, no me empiecen a llamar, como a una niña que conocí este verano, Cindy (leído Sindi), de sin dientes.

Oier ¶