El Diario de Oier

Vivencias, hazañas e impresiones de un niño. Desde la cuna hasta que me canse.
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¡Ya estoy en el pueblo!



Ya he llegado. Ya estoy en la casa del pueblo. Descansando entre viñas, sin tráfico, alejado del mundanal ruido.

Dí que ayer fué un día estresante, os cuento. Nos despertamos, desayunamos, y yo me lo estuve pasando bomba un buen rato, viendo cómo mis aitas iban de un lado a otro sin parar, llevando cosas (casi todas mías, todo hay que decirlo). Bueno, al de un rato se fué mi aita a por el coche, y a falta de diversión, decidí dormirme un rato.

Aquí vamos a contar las veces que tuve un sueño frustrado, para que veais lo que me estresé. Vamos una. Sigo.

Llegó mi aita, de esto no me enteré, y con mi amatxu bajaron los 100.000 paquetes de San Luis, y cosa inaudita, fueron capaces de meterlos en el coche =8-O El caso es que me despertaron para bajar cuando estaba en lo mejor, pero bueno, como viajar en coche me gusta, pues no protesté.

Ví por la ventanilla un montón de cosas nuevas, muchos árboles y montes, y pájaros, y coches, también muchos coches. Así que a la hora de viaje, como el paisaje se empezaba a repetir, me volví a dormir. Total que el viaje duraba hora y cuarto, y cuando estaba en lo mejor, llegamos :-(

Ya iban dos.

Volví a pasar un buen rato, con mis aitas subiendo todas los bolsas que habían bajado antes, y con los parientes entrando a verme, que en el pueblo éste hay una cantidad de tíos y primos que no es normal, y claro, todos a verme el primer día.

Bueno, tras todo el follón del primer momento, me dieron de comer a mí, porque habían quedado con mis aitites para comer ellos, en el pueblo de al lado. Así que entre el coche y la comida, me dormí, pero claro, sólo 5 minutos, porque el otro pueblo, resultó que estaba cerca. y entre sal del coche y entra en el cochecito….

Así que ya íba tres intentos de siesta fallidos, ¡Y no eran ni las dos!

Bueno, pues tras una vueltita, nos fuimos al restaurante, y mientras los demás comían, yo me entretuve con mis muñecos. Aguanté como un jabato la comida, e incluso el coche de vuelta. Pero después ya no pude más, y me dormí otra vez, en la iglesia del pueblo, porque se había muerto una tía de mi ama, una señora muy maja, por cierto, y hacían una misa (creo que lo llaman así). Para un niño como yo, algo bastante rollo, pero muy tranquilo para dormir ;-)

Pero mi gozo en un pozo, porque entre que entré y me dormí, ya se terminaba todo, y otra vez a despertar a medias :-((

Luego, a la salida, entre familiares y amigos de la familia, pues no dormí nada, y con un paseo que me dieron, ya se había hecho la hora de cenar. Y ahí llegó la hora de mi venganza… Tras la cena (que no es cuestión de perdonar), me dormí sin derecho a réplica. Hasta esta mañana.

Bueno, os dejo, que hoy ya llevo mucho rato escribiendo, y eso da un sueño… ;-)

Oier

2003-04-14, 00:59 | 0 comentarios

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