Pues éste último también hemos ido al pueblo, y hemos disfrutado de buen tiempo. Así que por mi parte, he estado todo el día, excepto horas de sueño y comidas (de riguroso cumplimiento), al aire libre.

Por las mañanas en las piscinas. Ya me he dado cuenta de que el agua me encanta, y me lo paso bomba, y hablando de ello, lo que más me gusta es cuando mi aita me tira (sin soltarme, claro. Que aún no sé nadar) a lo bomba. Y aprovechando, también estoy aprendiedo a dar algunos pasos bajo el agua. Al principio, me daba impresión tanto agua, y tan fría, pero cuando descubrí que hacía pie, se me quitaron de golpe todas las aprensiones ;-)

Por las tardes, después de la siesta y la merienda, juegos en la terraza, donde doy una lección a padres y familiares de mis crecientes habilidades.

Y el otro día, para redondear la faena, demostré que tengo buenos reflejos. Estaba jugando con una botella de agua, vaaale un botellín de agua vacio, y se me cayó, pero fuí lo suficientemente rápido y hábil, como para sujetarla a una mano contra mi pierna, antes de que cayese del todo. Les dejé a todos patidifusos ;-))

Todavía no me habeis comentado nada del nuevo look. ¿Es que no os ha gustado? :-(

Nos leemos, blogalitas.

Oier
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